En la actualidad, el término de evaluación se concibe desde diferentes
perspectivas y con diferentes propósitos, por
ello el presente documento tiene como objetivo definir la evaluación, así como
identificar algunos factores que inciden
en su desarrollo.
Por otra parte de presentan sus diferentes categorías y subcategorías que se utilizan en el momento de definir
criterios de desempeño de la competencia a desarrollar y la importancia que tienen tanto para el docente como para el estudiante.
LA EVALUACIÓN EDUCATIVA:
CONCEPTOS, FUNCIONES Y TIPOS
De
acuerdo a McDonald (1995) en la antigüedad la evaluación era considerada como una
comparación de elementos para saber lo que estaba bien o mal, sin embargo
actualmente se concibe como el proceso de recolección de evidencias y de
formulación de juicios sobre la medida y la naturaleza del progreso hacia los
desempeños requeridos, establecidos en un estándar o un resultado del aprendizaje
alcanzado.
Los problemas
particulares sobre la evaluación han sido:
·
La evaluación de los
estudiantes se concentra sobre aquellas materias
que son fáciles
de evaluar, énfasis exagerado en la
memorización y en la obtención de habilidades de nivel más bajo.
- La evaluación estimula
a los estudiantes a focalizar sobre aquellos tópicos que son evaluados.
- Los estudiantes
otorgan más importancia a las tareas cuya evaluación se requiere para
obtener una acreditación que a aquellas otras que no se incluyen en alguna
ponderación.
- Los estudiantes adoptan
métodos no deseables de aprendizaje, retienen conceptos
equivocados
sobre aspectos claves de las materias que han aprobado, ignoran materiales
importantes no evaluables por dar prioridad a los que sí lo son aunque no
enriquezcan mucho su aprendizaje.
La evaluación puede completar dos requerimientos
necesarios, aquel que mide la competencia, y aquel que tiene un efecto
beneficioso sobre el proceso de aprendizaje.
Puesto que hay diferentes definiciones para la
evaluación, Stenhouse
(1984) en (Tobón, 2005) propone que para evaluar hay que comprender y por ello las evaluaciones convencionales del
tipo objetivo no van destinadas a comprender el proceso educativo pues sus
parámetros están definidos en términos de éxito y de fracaso. Al respecto
McDonald, 2000 añade que esta etapa es quizás el
más vital de todos los procesos involucrados en la formación técnica y
profesional han surgido nuevos desafíos en este campo y que los enfoques
tradicionales no siempre logran darles.
Lo que indica que si los procesos de
aprendizaje se están transformando es necesario renovar los criterios y las formas
de evaluar a los aprendices.
Es decir, evaluación es importante por sí misma por lo
que no puede ser separada del contexto social, siendo un recurso útil para los formadores
en el desarrollo de saberes. Por ello se ve la necesidad de plantear los
siguientes cuestionamientos:
v ¿Qué tan bien
los estudiantes pueden desempeñar lo aprendido? ¿Se lograron? ¿En qué medida?
Quizá haya necesidad de implementar medidas complementarias de instrucción.
v ¿Qué instrumentos de
evaluación serán factibles para valorar y evaluar los avances que obtuvieron
los alumnos de los profesores en la aplicación del Proyecto formativo aplicado
para el desarrollo de competencias? y,
v
¿Qué lineamientos deben incluir los instrumentos de evaluación para que se
logre verificar tanto los avances como las estrategias que debe modificar o
implementar el docente?
La valoración es un término
que está íntimamente ligado a la evaluación aplicándose en tres procesos interdependientes:
- Autovaloración: en este caso la
persona valora la formación de sus competencias (la persona es gestora de
su propia educación).
- Colaboración: en este caso los
estudiantes valoran entre si sus competencias.
- Heterovaloración: Un persona valora las
competencias de otra bajo el régimen de un poder de acuerdo con parámetros
previamente definidos.
Estos procesos interdependientes
se regulan con los siguientes criterios:
•
Capacitar
y asesorar a los estudiantes para los procesos de covaloración y
•
Momentos
de la valoración
•
Participación
de los estudiantes en el establecimiento de las estrategias de valoración
•
Pasos
generales en todo proceso de valoración.
Para
evaluar y valorar las competencias es necesario hacer uso de las estrategias
que como docentes debemos tener, y de acuerdo con Quesada, 2001 (en Tobón,
2005) éstas buscan el aprendizaje significativo de contenidos en el desarrollo
de habilidades de pensamiento, con el
fin de que los estudiantes se conviertan en aprendices autosuficientes. De ahí
la necesidad de conocer y autorregular las competencias en los alumnos.
Algunas
estrategias didácticas para formar competencias son:
ü Para favorecer la atención.
ü Para favorecer la adquisición de información.
ü Para favorecer la personalización de la información.
ü Para favorecer la recuperación de la información.
ü Para favorecer la cooperación.
ü Para favorecer la transferencia de información.
ü Para favorecer
la actuación.
ü Para favorecer la valoración.
Al implementar este tipo de
estrategias también es necesario definir los criterios de desempeño que se
aplicaran en el momento de la evaluación, los cuales deben de estar en
correspondencia con el tipo de evaluación que se va implementar. Si partimos
que hay diferentes tipos de ponderación acorde a lo que se quiere evidenciar,
entendemos que hay tres tipos de
evaluación, por ello a continuación se presenta cada una.
La diagnostica
será aquella que ilustra acerca de
condiciones y posibilidades de iniciales aprendizajes o de ejecución de una o
varias tareas, su propósito fundamental
es tomar decisiones pertinentes para hacer el hecho educativo más
eficaz, evitando procedimientos inadecuados, además de tener la función de identificar
la realidad de los alumnos que participarán en el hecho educativo, comparándola
con la realidad pretendida en los objetivos y los requisitos o condiciones que
su logro demanda
El momento de su
aplicación es al inicio del hecho
educativo ya sea todo un curso, o una parte de este mismo. Se recomienda que se
apliquen básicamente pruebas objetivas estructuradas, explorando o reconociendo
la situación real de los estudiantes en relación con el hecho educativo. Aunque
cabe destacar que los resultados obtenidos son valiosos para el docente por lo
que no es indispensable hacerla llegar al estudiante.
Este
tipo de evaluación es útil para designar la forma mediante la cual se
mide y juzga el aprendizaje con el fin de certificarlo, asignar calificaciones,
determinar promociones, etc., su propósito fundamental es tomar las decisiones
pertinentes para asignar una calificación totalizadora a cada alumno que
refleje la proporción de objetivos logrados en el curso, semestre o unidad
didáctica correspondiente.
Su función se centra en explorar en forma equivalente el aprendizaje de los
contenidos incluidos, logrando en los resultados en forma individual el logro
alcanzado, el momento de aplicación es finalizar el hecho educativo (curso
completo o partes o bloques de conocimientos previamente determinados).
Los instrumentos
que se pueden utilizar en este tipo de evaluación son las pruebas objetivas que incluyan muestras proporcionales de todos los
objetivos incorporados a la situación educativa que va a calificarse.
Los resultados que
se obtienen tienen que ver con la conversión de puntuaciones en calificaciones que describen el nivel de
logro, en relación con el total de objetivos pretendido con el hecho educativo.
El conocimiento de esta información es importante para las actividades
administrativas y los alumnos, pero no se requiere una descripción detallada
del por qué de tales calificaciones, ya que sus consecuencias prácticas están
bien definidas y no hay corrección inmediata dependiendo de la comprensión que
se tenga sobre una determinada circunstancia.
Este tipo se
aplica cuando se desea averiguar
si los objetivos de la enseñanza están siendo alcanzados o no, y lo que es
preciso hacer para mejorar el desempeño de los educandos, su fin es tomar
decisiones respecto a las alternativas de acción y dirección que se van
presentando conforme se avanza en el proceso de enseñanza aprendizaje. Se le
atribuyen seis ventajas principales:
1, Dosifica y regula adecuadamente el ritmo
del aprendizaje.
2. Retroalimenta el aprendizaje con
información desprendida de los exámenes.
3. Enfatiza la importancia de los contenidos
más valiosos.
4. Dirige el aprendizaje sobre las vías de
procedimientos que demuestran mayor eficacia.
5. Informa a cada estudiante acerca de su
particular nivel de logro.
6. Determina la naturaleza y modalidades de
los subsiguientes pasos.
El momento de su
aplicación durante el hecho educativo es en cualquiera de los puntos críticos del
proceso, al terminar una unidad didáctica, al emplear distintos procedimientos
de enseñanza, al concluir el tratamiento de un contenido, etc. Los instrumentos
que usualmente se utilizan son las pruebas informales, exámenes prácticos,
observaciones y registros del desempeño, interrogatorio, etc.
La información que
se desprende de la evaluación formativa es valiosa tanto para el profesor como para el alumno, quien debe conocer
no sólo la calificación de sus resultados, sino también el por qué de ésta, sus
aciertos (motivación y afirmación) y sus errores (corrección y repaso).
Principios de la evaluación basada en
competencia
En la actualidad se existe modelo educativo
que se basa en desarrollar competencias y evaluar su desarrollo, sus principios básicos de la evaluación basada en
competencias son: validez, confiabilidad, flexibilidad e imparcialidad.
La evaluación
de competencias tiene las siguientes
características:
- No puede ser observada
directamente y se basa en las evidencias del aprendizaje adquirido.
- Los juicios no
absolutos por ello hay tres principios básicos.
I.
Se ve la competencia integrada: incluye
conocimiento, comprensión, resolución de problemas, habilidades técnicas,
actitudes y ética. Se ve la competencia con sus elementos y criterios de
desempeño de manera simultánea.
II.
Métodos
directos y relevantes: asegurar que los esfuerzos de aprendizaje de los alumnos
estén apropiadamente dirigidos; y asegurar que los criterios que se usarán para
el juicio de evaluación estén claros para los alumnos. (contextos específicos y
estrategias específicas).
III.
Usar amplia base de evidencias para evaluar
competencia: Implica mezcla de métodos para proveer evidencias suficientes que
enfatice en el desempeño. (El balance entre la credibilidad externa y la
validez es importante cuando la legitimidad de las certificaciones todavía no
ha sido establecida)
Tobón (2005) recomienda lo
siguientes pasos para desarrollar una estrategia de evaluación basada en
competencia.
1. Agrupar elementos y criterios de desempeño de una
competencia.
2. Analizar métodos de evaluación disponibles de
evaluación directa e integrada.
3. Analizar métodos prácticos tales como tiempo y
recursos.
4. Tabla de especificaciones que relacionen competencia
con método que será evaluado.
También recomienda algunos criterios para el diseño y
validación de instrumentos
1. Ubicar cada uno de los
elementos de competencia de una determinada unidad de competencia.
2. Planear las técnicas e
instrumentos de valoración de acuerdo a los componentes de los saberes de cada
elemento de competencia.
3. Definir los criterios de
valoración.
4. Establecer el tipo de
evidencias de aprendizaje que debe presentar el estudiante.
5. Diseñar los instrumentos
de valoración ya considerando los pasos anteriores.
6. Validar los
instrumentos de valoración antes de ser empleados en la docencia.
7. Con base en los
resultados, se procede a realizar los ajustes pertinentes a los instrumentos.
8. Archivar los
instrumentos de valoración para que puedan ser aplicados por los docentes en el
momento que se considere pertinente.
Al abordar los ocho
criterios que se deben considerar para la evaluación es pertinente tomar en cuenta
si la evaluación que se va a realizar es formativa,
la cual se refiere cuando los resultados se utilizan con fines de retroinformación;
es decir, para que el docente y los estudiantes conozcan la forma en la cual se
va desarrollando el aprendizaje. O sumativa;
cuyos resultados se utilizan para calificar a aun estudiante, entregarle un
diploma o título al final del programa.
Tobón (2005) hace hincapié que ambos tipos de
evaluaciones van ligadas puesto que la formativa es inseparable de la
enseñanza y que la evaluación sumativa se lleva a cabo una vez que se ha
completado un episodio de la enseñanza con la finalidad de comprobar hasta
donde el estudiante ha aprendido lo que se supone ha aprendido.
Una vez que se dio
un panorama general sobre la evaluación y su importancia en el proceso
educativo, se concluye que la
valoración y evaluación son
procesos importantes y fundamentales para el aprendizaje, puesto que dan cuenta
de las competencias desarrolladas, además de indagar lo que se puede modificar
durante el desarrollo del curso, procurando alcanzar las metas plateadas.
McDonald,
R. (2005). Nuevas perspectivas
sobre la evaluación. París, Francia: UNESCO
Tobón, S. (2005). Formación
basada en competencias. Bogotá, Colombia: Ecoe